“Mi pasión por el automovilismo empezó de muy chica. Desde que tengo uso de razón diría. En los almuerzos familiares de los domingos era un clásico ver las carreras de Fórmula 1 y TC. Eso se fue desarrollando a medida que fui creciendo, cuando empecé estudiar periodismo y pude acceder a mi primer auto. En ese momento tuve mucho acercamiento al deporte y fui a distintos autódromos a ver las diferentes categorías”, indicó Belén Ameijenda, quien a sus de 24 años está dando los pasos necesarios para convertirse en la primera piloto argentina con discapacidad en pilotear en la fórmula 1100 bonaerense.
La valentía y amor por los fierros de esta joven estudiante de Periodismo Deportivo y Psicología con espina bífida – una afección de la columna vertebral – nos llevó a querer conocer más de su historia. Qué necesita para alcanzar la meta y cómo surgió este atrapante proyecto, lo cuenta en esta entrevista para el Blog de CVA.
– ¿A qué edad empezaste a manejar?
– Arranqué a los 18 con mi primer auto, aunque mi papá me ponía frente al volante desde antes. A esa edad aprendí a manejar en el autódromo Gálvez. Mi primer auto fue un Peugeot 207 Xt. Era automático y estaba adaptado con aceleración y freno al volante. Hoy uso un Honda Fit con la misma adaptación.
– La espina bífida es algo de nacimiento. ¿Cómo afectó tu vida?
– La espina bífida es una malformación congénita. Como bien decís, es de nacimiento. Al nacer me vieron los médicos del (hospital pediátrico) Garrahan y el pronóstico que daban en ese entonces era que jamás podría caminar. Las secuelas de esta afección dependen del lugar afectado. En mi caso me podría haber dejado muchas secuelas como, por ejemplo, no poder caminar, tener hidrocefalia y tantas cosas más que finalmente no tengo. Al año aprendí a caminar, obviamente con andador. Hasta el día de hoy los médicos me dicen que soy un libro aparte. Cabe destacar en este punto a Florencia Orzali, mi kinesióloga desde el nacimiento hasta mis 10 años. Gracias a ella y a toda la terapia que me hizo a lo largo de tantos años hoy puedo caminar. También a Juan Manuel Roncoroni, mi traumatólogo de cabecera, quien estuvo presente en todo momento. La verdad es que el pronóstico era muy desalentador para mí. Sin embargo, jamás en mis 24 años toqué una silla de ruedas. Ese es un gran logro personal, sin dudas.
– ¿Cuándo surgió el objetivo de convertirte en la primera piloto argentina con discapacidad?
– Empezó hace un año, cuando lo vi correr en el autódromo Roberto Mouras de La Plata al “Gatito” (Juan María) Nimo. Él tiene una discapacidad motriz también, anda en silla de ruedas y ver esa fuerza de voluntad, que pudo cumplir su sueño y desarrollar su pasión, me incentivó a querer estar en alguna categoría. Este año hablando con mi amigo Matías Machuca, un piloto de gran experiencia, me hizo ver que puedo estar en un auto compitiendo. Pensamos en Fórmula 1100 bonaerense. Si bien pensaba que no podía, fuimos a probar un auto que ya estaba armado a ver si lograba entrar y salir fácil y conseguí hacerlo todo sola. Eso me hizo ver que el sueño que tenía en mente era alcanzable. Así que lucharé para poder estar. Micaela Neves es otro de los apoyos. Son amigos que están en cada paso que doy, al igual que mi familia: Roberto, mi papá; Adriana, mi mamá; y Florencia, mi hermana.
– ¿Cuán cerca ves el objetivo de correr en Fórmula 1100 bonaerense?
– Me encantaría que fuera el año que viene. El objetivo lo veo cerca, pero siempre dando pasos seguros. A veces uno quiere hacerlo más rápido, pero soy consciente de que todo lleva tiempo. Actualmente no firmé con el equipo. Estamos haciendo los estudios médicos. Ya dimos un paso grande cuando el médico del (autódromo) Mouras me habilitó para correr. Eso fue clave para seguir metiéndole y no aflojar. Los tiempos del automovilismo quizás no sean los que planea el piloto, en cuanto a conseguir sponsors y otros temas. Si no logro hacerlo en 2021 no importa porque vamos a seguir luchándola. Este es un proyecto único en Argentina, por lo novedoso que resulta que corra una mujer y porque además sería inclusivo.
– ¿Las recientes apariciones mediáticas generaron el acercamiento de patrocinadores?
– Como decís, estuve en varios medios dando notas y difundiendo para que se conozca el proyecto. Tengo algunos sponsors, aunque siempre hay que buscar más. Actualmente cuento con el apoyo de Paternal Motor, de Baterías carreras, de Frenos deportivos MC y de LJG Mecánica. Todos son bienvenidos y sigo en la búsqueda activa de más porque son claves para lograr mi meta. En ese camino, los medios de comunicación son fundamentales para la difusión. Ojalá que estas puertas que se van abriendo puedan ser el inicio de mi carrera y tomarlo como algo serio. Obviamente es un hobby porque es algo que me gusta mucho, pero a la vez lo tomo con mucho compromiso. Tanto por la responsabilidad que conlleva para mí como para otras personas que, tal vez tengan alguna discapacidad, y a partir de esto se animen a lograr sus sueños.
– ¿Te gustaría agregar algo más?
– Sí, agradecer el espacio a CVA e invitar a que me busquen en Instagram como Belu.honda. Para todas las consultas que quieran hacer y para seguir el proyecto de cerca. También pueden sumarse los sponsors que me quieran contactar, ya sean emprendedores, negocios o marcas. Todos van a tener su lugar en el auto y en el banner que estará en la Zona de Boxes con sus logos. A la vez, aprovecho para destacar nuevamente a mis patrocinadores y para reconocer a mi familia, con quienes vivo, y el motor fundamental de todo. Con ellos más los profesionales que me acompañaron y lo siguen haciendo y mis amigos lograremos conseguir este hito en el automovilismo nacional. ¡Daremos pelea para que se haga realidad!