Acorde a los tiempos que corren y a los cambios que vive la industria automotriz – y la sociedad en su conjunto – Control Vehicular Argentino asumió el compromiso de evaluar la eficiencia de las partes implicadas en la transformación de los automóviles hacia una tecnología eléctrica. Mediante la nueva área de la compañía se podrá valorar las aptitudes que tienen los hardware -importados en su mayoría- para la reconversión de un vehículo eléctrico.
Históricamente el precio del Gas Natural Comprimido (GNC) fue más económico que el de la nafta. Este elemento, sumado a la reducción de gases de efecto invernadero y a que son menos ruidosos, llevó a muchos conductores a optar por una conversión de su naftero a un vehículo a gas.
Si bien en este proceso se interfiere parte del motor, no se necesitan grandes conocimientos para llevar adelante la tarea porque no se reemplaza parte o pieza alguna del vehículo. Básicamente, consiste en el agregado de un tanque de gas natural comprimido y una válvula que deja pasar el gas al circuito de inyección de combustible líquido del motor.
Ahora bien, algunos paradigmas van quedando obsoletos y otros ganan protagonismo de acuerdo a una coyuntura innovadora. Tal es el caso de la electromovilidad. A comienzo de marzo, el presidente Alberto Fernández anunció que enviaría al Congreso el Proyecto de la Ley de Electromovilidad que buscará sentar las bases para difundir la producción y venta de autos eléctricos en el país. Si bien la iniciativa aún no fue oficializada, se intuye que planteará la limitación de la producción de motores a combustión en el plazo de veinte años.
En este contexto, y después de que sepa que julio fue el mes más caluroso de la historia por el calentamiento global, los coches eléctricos ganan terreno. Y convertir un vehículo tradicional en uno eléctrico es una opción cada vez más válida en la medida que no emiten gases contaminantes durante su funcionamiento.
Además, y como ocurría con el cambio de nafta a gas, tiene una fuerte motivación económica: una recarga completa puede salir la décima parte de lo que se invierte en llenar el tanque de nafta. También sobresale el hecho de que estos rodados prácticamente no tienen gastos de mantenimiento.
Más allá de estos beneficios, Control Vehicular Argentino quiere poner sobre la mesa que la reconversión a un automóvil eléctrico implica la eliminación de estas partes de forma segura:
- Motor a combustión
- Tanque de combustible
- Bomba inyectora
- Caño de escape y silenciador
- Caja de Cambios
Adicionalmente existen partes del auto que funcionan en concordancia con el motor a combustión, tomando la fuerza motriz para su funcionamiento de éste, y que en el proceso de reconversión deben ser tenidos en cuenta para su adecuación. Estos son:
- El sistema de Frenos (Servofreno)
- Aire acondicionado (compresor)
Todo este proceso debe ser llevado a cabo por personal altamente capacitado debido a que se están manipulando elementos que hacen a la seguridad del vehículo. También debe tenerse mucho cuidado a la hora de cargar las baterías de litio. Debe hacerse en un área segura y bajo normas de seguridad estrictas.
Cabe recordar que en Europa, desde el año pasado, la normativa de emisiones de dióxido de carbono establece que los fabricantes de automóviles no deberán comercializar vehículos que generen más de 95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Si bien la disposición no se está cumpliendo – y seguramente ocasione el pago de multas millonarias a corto plazo- marca un nuevo escenario. Uno en el que las grandes automotrices del mundo trazaron el objetivo de migrar toda su producción de vehículos a combustión a sistemas eléctricos.
Frente a este cambio de época y para seguir a la vanguardia tecnológica, Control Vehicular Argentino probará las autopartes, diagnosticará si está bien realizada la conversión y al auto en su conjunto. Para que nada de su “nuevo” vehículo pueda sorprenderlo.
Evidentemente este cambio también será cultural, porque los autos serán silenciosos y no lograrán tanta velocidad como hasta ahora. De cualquier forma, esta salida de la zona de confort, esta apuesta a la protección del medio ambiente, debe hacerse con profesionales con experiencia en la materia que sepan que estos nuevos o modificados vehículos – así como las partes que posibilitan su cambio – deben ser diagnosticados, revisados y controlados para no subestimar la seguridad vial ni descuidar los imprevistos que pudieran surgir con esta nueva forma de conducción.